lunes, 5 de octubre de 2015

Patricio Mantilla Ortega

Director por 25 años

Por: Jefferson Herrera, Producción Centro Cultural Mamacuchara

Archivo Patricio Mantilla
Estar al frente de una orquesta no debe ser una tarea fácil; requiere poseer la experiencia necesaria para dirigir las sonoridades hasta que cada una de ellas se acople y poner en escena un concierto de elevada calidad.

PRODUCCIÓN: Este 2015 la OIA cumple 25 años, qué se siente al ver toda la trayectoria alcanzada…

PATRICIO MANTILLA: Cumplir 25 años es un acontecimiento muy importante. Nuestra orquesta surgió en 1990 para cubrir una necesidad que el Ilustre Municipio de Quito vio de Promover y Difundir la música popular. Una de las personas más entusiastas y que más atención brindó para que se llegara a conformar la Agrupación fue la señora Cecilia Rodríguez, esposa del Alcalde de ese entonces Don Rodrigo Paz Delgado. Recuerdo que fuimos varios los músicos que presentamos proyectos, entre ellos: Carlos Bonilla Chávez, Enrique Sánchez y Ernesto Guerrero. En mi caso, la experiencia adquirida al fundar y dirigir el Grupo de Música Popular JATARI me permitió manejar un concepto específico  al momento de la creación de la OIA.

P. ¿Qué implicaba crear una orquesta de instrumentos andinos?

Archivo Patricio Mantilla
P. M.: Al ser un proyecto único en su género, se consideraron todos los aspectos necesarios humanos, técnicos y logísticos para su conformación. Así, la planta de músicos se estructuró con varios músicos que tenía la Dirección de Educación y Cultura del propio Municipio y el resto de integrantes hasta cubrir 52 músicos fueron seleccionados de los grupos de música popular y folclórica del medio. La mayoría de los músicos tenía formación autodidacta muy valiosa, pero se vio necesario acceder al conocimiento académico en cuanto a teoría y lectura musical por lo cual, en un segundo momento, con el aporte de los propios compañeros de mayor experiencia y de algunos maestros reconocidos del medio se inició una nivelación de conocimientos musicales. Lo más importante en ese sentido fue que se plasmó positivamente la profesionalización del músico popular.

P.: ¿Cómo fueron los inicios en lo que se refiere a la parte musical?

Archivo Patricio Mantilla
P. M.: Por tratarse de una propuesta nueva, no existían, ni dentro ni fuera del país, partituras elaboradas para este formato orquestal así que, debimos crear y construir nuestro propio repertorio y arreglos musicales. Por primera vez se escribían partituras para instrumentos musicales andinos organizados como orquesta. Fue de ese modo como se estructuró un variado repertorio –clásico, internacional, latinoamericano y especialmente ecuatoriano-  que hoy alcanza aproximadamente 530 obras.

En otro aspecto, el instrumental de cuerdas (guitarras, charangos, tiples, bandolas, bandolines) adecuado se adquirió de los mejores ebanistas de la ciudad y los instrumentos de viento (zampoñas, flautas de Pan, quenas, rondadores, pífanos entre otros) fueron construidos por integrantes de la propia orquesta expertos en su elaboración y que mantienen sus propios talleres. 
  
P.: ¿Podría describir la trayectoria de la OIA en estos 25 años?

Archivo FTNS 2015
P. M.: De acuerdo a su objetivo principal que es: promover, difundir y aportar al desarrollo de la cultura musical ecuatoriana, la OIA ha presentado  su proyecto dentro y fuera del país mediante participación en Festivales Internacionales y giras de intercambio cultural en tal sentido hemos participado por dos ocasiones en el Festival de las Artes en Costa Rica, en el Festival Barroquísimo de México además de varias giras en Brasil, Colombia, Perú, Chile, Rusia, y Alemania. Cabe destacar el significativo apoyo económico, logístico y administrativo recibido del Municipio Metropolitano de Quito para dichos desplazamientos y en las importantes programaciones posteriores realizadas por la Fundación Teatro Nacional Sucre.

 Adicionalmente, varios compositores y directores se han interesado en colaborar con el desarrollo de la Agrupación: Alvaro Manzano, Andrea Vela, Jorge Oviedo, Belford Ruz y Alexandra Urrutia  de Chile, Gabriela Frank de USA, Denisse Simard de Canadá, Tadashi Maeda, Marcelo Beltrán y Giovanny Mera entre otros.

P.: ¿Cómo describiría la estructura musical de Orquesta de Instrumentos Andinos?

P. M.: La OIA está estructurada en diferentes secciones instrumentales: vientos, cuerdas y percusión cuya funcionalidad está determinada por la sonoridad global de la misma. Tiene importancia definitiva el arreglo musical que permite fusionar las características tímbricas de cada instrumento andino y explotar sus características acústicas.

P.: Si revisamos el repertorio de la OIA podemos ver mucha versatilidad, desde temas andinos y latinoamericanos hasta oberturas y temas clásicos…

P. M.: Uno de los primeros trabajos discográficos que realizamos fue un CD de música clásica y se lo hizo para demostrar la ductilidad de los instrumentos andinos para abordar cualquier tipo de repertorio musical, desmintiendo de esa manera un prejuicio generalizado en la sociedad de que los instrumentos andinos solamente sirven para la ejecución de música folclórica. A partir de allí hemos hecho el montaje de un significativo repertorio latinoamericano, obras académicas, populares y tradicionales de compositores ecuatorianos, adaptadas al formato de la OIA lo que nos han permitido incrementar la literatura musical del país y cultivar el talento, la capacidad y la técnica de nuestros instrumentistas.

P.: ¿Siempre hubo un apego a los sonidos de los instrumentos de la cultura andina?

Archivo FTNS 2015
P. M.: Desde niño me sentí atraído por la música, lo que me motivó inicialmente a una práctica como autodidacta -especialmente a través del canto- y posteriormente a una educación formal académica pues comprendí la importancia de tener conocimientos musicales, para aprender a leer y escribir música, componer e investigar.  Mi formación en el Conservatorio Nacional de Música de Quito, por lo tanto coadyuvó en mi ampliación de conocimientos y profesionalización; sin embargo mi interés fundamental era conocer la música andina y sus instrumentos musicales. En tal virtud, por influencia del Grupo JATARI me incliné hacia la música andina, latinoamericana y Nueva Canción.  

P.: ¿En qué otros aspectos se desenvuelve Patricio Mantilla?

P. M.: A través del canto pude representar al país en dos oportunidades en el Festival del Clavel Rojo en Sochi-URSS (1978 y 1983) en los cuales fui Laureado. He dirigido varios coros de la ciudad de Quito como el de INECEL, Cámara de Comercio de Quito, OPAM, Asociación Coral Mitad del Mundo. Adicionalmente, varios años trabajé también en el IADAP, Instituto Andinos de Artes Populares en el área de Investigación de la Música Popular fruto de lo cual publiqué algunos folletos sobre esa temática.

P.: ¿Cómo es la familia de Patricio Mantilla?

P. M.: Me casé en 1977 y tengo tres hijos que ya son profesionales. El primero es matemático, el segundo ingeniero en sistemas y el tercero es contador, cada uno tiene ya su hogar establecido. Actualmente voy a tener el quinto nieto y realmente es una maravillosa familia que, en unión de mi esposa, siempre me han brindado su apoyo incondicional en la profesión musical.

P.: Cuando no está frente a la Orquesta ¿qué otras actividades realiza?

Archivo FTNS 2015
P. M.: Siempre me ha gustado trotar, he practicado ese deporte de forma amateur desde hace 35 años, he participado periódicamente en competiciones que organizan diferentes instituciones ganando incluso  algunos trofeos y medallas. Este deporte me mantiene en buen estado físico y me permite desempeñar mi función de dirección orquestal de una manera eficiente pues, es una actividad que exige mucha energía. Otra actividad que me encanta es la fotografía, recibí premios por haber publicado alguna de ellas. Tengo varias cámaras fotográficas y llegué a tener mi propio taller para revelar y trabajar mis propias fotografías. Así podría decirse que cuando no hago música estoy trotando o haciendo fotos…

P.: ¿Es decir que si Patricio no hubiera elegido la música hoy sería un atleta o un fotógrafo?

P. M.: Efectivamente. Antes de tener un sueldo fijo como músico, analicé la posibilidad de dedicarme profesionalmente al atletismo o la fotografía; sin embargo, la música venció a cualquier otro anhelo, simplemente sentí que la música es la forma  idónea para comunicar mis ideas y mis sentimientos, es un estilo de vida que sobrepasó a todo.
Archivo FTNS 2015

P.: ¿Espera que alguno de sus 5 nietos se dedique a la música o al arte?

P. M: Sí, el arte engloba las actividades del ser humano y es claro que en nuestro país hay mucho talento para las artes. Siempre trato de que mis nietos escuchen música, les proporciono material acorde para su edad y al parecer les gusta mucho, pero sólo el tiempo sabe si se dedicarán a la música.

P.: A pesar de ser un músico experimentado y de larga trayectoria, ¿cómo es la relación con sus padres y hermanos al ver lo mucho que ha aportado como artista al Ecuador?

P. M.: Mi padre me apoyó desde el comienzo, aunque siempre le preocupó el hecho de que tal vez no pudiera “vivir” de la música. Pero al ver que mi trabajo ha dado su fruto y el reconocimiento logrado a nivel nacional e internacional también lo admiró y respaldó incondicionalmente. Mi hermano, Carlos Mantilla también es uno de los fundadores del Grupo JATARI, actualmente se dedica a la docencia en su propia academia de música.

P.: Fuera de las horas de ensayo ¿cómo es el ambiente entre los integrantes de la OIA?

P. M.: Hay un fuerte lazo de amistad, unidad y solidaridad que se ha consolidado durante estos 25 años, esas características refuerzan la dedicación y compromiso de cada integrante con el trabajo de la Agrupación.

P.: Un mensaje final Maestro…

P. M.: La música es un elemento vivo y es la expresión de los sentimientos de los seres humanos por ello es una de sus  principales manifestaciones. El músico por su parte, traduce ese sentir con su propio lenguaje y solamente su dedicación y entrega total conseguirán que su trabajo sea de excelencia.

Archivo FTNS 2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

ORQUESTA DE INSTRUMENTOS ANDINOS

  25 años de recorrido latinoamericano

Por: Jefferson Herrera, Producción del Centro Cultural Mamacuchara

Foto archivo FTNS 2015

En  el año 1990 se tornó indispensable para la escena musical ecuatoriana la creación de una agrupación profesional que interpretara, a través  de  instrumentos musicales propios de la región, los característicos sonidos de la cultura andina. De esta manera, el Alcalde del Ilustre Municipio de Quito de aquel entonces, Rodrigo Paz, apoyando la iniciativa de varios músicos, incluyendo al maestro Patricio Mantilla, quien fuera su director durante 25 años, crea en ese mismo año la Orquesta de Instrumentos Andinos (OIA), con aproximadamente 80 músicos. De ellos, hoy en día quedan 37, entre fundadores y nuevos integrantes.

Foto archivo FTNS 2015
 25 años en los que se ha convertido en una Orquesta única en su género, ganándose un lugar en el panorama artístico nacional e internacional. La variabilidad de sus instrumentos y la versatilidad de sus interpretaciones quedan demostradas en su variado repertorio, que incluye piezas del género académico universal, pasando por lo latinoamericano y, por supuesto, lo andino y popular ecuatoriano.

Participaciones en festivales y escenarios de Colombia, Costa Rica, Brasil, Perú, Chile, Rusia, Alemania, México y Brasil demuestran esta gran trayectoria, un recorrido que ha posicionado al género de la música andina a nivel internacional, trascendiendo las fronteras y mereciendo ovaciones en grandes teatros y plazas.


Foto archivo FTNS 2013
Teatro Nacional Sucre - Homenaje a Mercedes Sosa
 Importantes logros marcan este largo camino a través de la música. Un ejemplo de ello fue el estreno absoluto de la obra Boletín y Elegía de las Mitas del compositor ecuatoriano Mesías Maiguashca, en 2007, junto a músicos de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito y el Coro Mixto Ciudad de Quito, bajo la dirección del maestro Jorge Oviedo; la Gira Binacional en Ecuador y Colombia, junto al Grupo Cimarrón, en noviembre y diciembre de 2010, con motivo de sus 20 años de trayectoria artística; la participación junto al reconocido cantautor Víctor Heredia, en 2011, en varios lugares de la ciudad.

Foto archivo FTNS 2013
Centro Cultural Itchimbía - Estreno "Canción de la Tierra"
Director: Jorge Oviedo
Participaron en la Semana de Celebración por los 125 años del Teatro Nacional Sucre, con el estreno de la obra Compadre Huashayo de la compositora estadounidense Gabriela Lena Frank, bajo la dirección de la maestra chilena Alejandra Urrutia; el estreno absoluto de la obra Canción de la Tierra del compositor Mesías Maiguashca, en 2013; en agosto de 2015 realizó una gira por Brasil, presentando conciertos en tres grandes ciudades: Sao Paulo, Rio de Janeiro y Brasilia.


Participaciones habituales en homenajes, festivales como el  Sucre Viajero, Festival de Jazz, Festival Internacional de Música Sacra de Quito, Barroco Vivo, Conciertos Didácticos y colaboraciones con otras agrupaciones y trabajos realizados con importantes músicos y directores invitados como Álvaro Manzano, Jorge Oviedo, Alejandra Urrutia, Denis Samard-Lapointe, Andrey Astaiza, Winfried Mitterer y Tadashi Maeda marcan la línea por la que este importante elenco trabaja incansablemente por la cultura musical del país.

Foto archivo FTNS 2013
Teatro Nacional Sucre
Director: Patricio Mantilla

Así, bajo la batuta de su actual director, maestro Wilson Haro, nuevas metas se siguen trazando: consolidar y llevar al máximo nivel de madurez artística al formato de la Orquesta, sistematizar el estudio y dominio de sus instrumentos y, desde luego, continuar con la difusión de la música ecuatoriana dentro y fuera de nuestro Ecuador.

Para festejar un cuarto de siglo de esta ya icónica agrupación, se dará un concierto homenaje el 23 de octubre en el Teatro Nacional Sucre, al que asistirán los protagonistas de esta incansable lucha por esta peculiar forma de hacer música ecuatoriana y universal.  Pero la celebración no se limitará a esta fecha, sino que continuará hasta noviembre con la inolvidable presentación que la OIA ofrecerá acompañada del premiado músico y compositor argentino Gustavo Santaolalla.


¡Muchas felicitaciones y larga vida a la Orquesta de Instrumentos Andinos!

Archivo FTNS 2015
Teatro México
Director: Wilson Haro

martes, 31 de marzo de 2015

Joselyn Gallegos, la joven oboísta de la Banda Sinfónica

Por: Jefferson Herrera, Producción Centro Cultural Mamacuchara



Joselyn Gallegos, a sus 20 años, es una de las integrantes más jóvenes de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito. Pertenece a una familia con tradición musical,  su padre y dos de sus primos también forman parte del elenco. El instrumento que interpreta es el oboe e ingresó a la agrupación en mayo de 2014


PRODUCCIÓN: ¿Qué representa la música para ti?

JOSELYN: Para la mí la música es algo que llevas en ti,  es algo que no tiene  palabras para describirla  ni cosa alguna  para poder compararla. Es un lenguaje universal que está presente en nuestra vida cotidiana y no se necesitan aspectos técnicos para entenderla ya que fluye naturalmente en nosotros.

P: ¿Por qué escogiste esta profesión: la de músico?

J: Bueno yo siempre admiré a mi padre en todo aspecto y  quería llegar a ser como él,  lo más importante era llegar a ser músico y viajar con mi instrumento tal como él lo hacía, pero cuando conocí el oboe entendí lo que hacía mi padre y sobre todo entendí la dedicación y amor que uno debe tener hacia su instrumento, así que  me decidí por la música y es una profesión muy complicada ya que requiere tiempo y entrega.

P: ¿En un universo de instrumentos por qué te decidiste por el oboe?

J: Antes de decidirme por oboe estudié varios instrumentos como  el bugle y el corno pero realmente no me sentía a gusto; así que una vez  escuché a Carolina Gallegos, mi prima y mi primera maestra,  tocar el oboe y en ese instante me sentí atraída por  su sonido y me dije “tiene que ser el oboe” y realmente es el instrumento con el cual me complemento y me siento identificada.

P: ¿Cómo fue tu ingreso a la BSMQ?

J: Cuando me enteré que se abrió una vacante para un músico oboísta en la BSMQ, decidí presentarme para adquirir experiencia en lo que significaba estar una audición. Y aunque yo ya había estado en la FOSJE, era la primera vez que audicionaba para ocupar un trabajo como músico profesional, así que me preparé mucho con mi maestra Carolina Gallegos. Estaba muy nerviosa y traté de concentrarme frente al jurado, así que una vez que salí de la sala solo fui a mi casa a descansar, y esa misma tarde me comunicaron que había sido seleccionada.   

P: ¿Qué tan  difícil es ser músico en una sociedad como la ecuatoriana?

J: En el Ecuador se dificulta ejercer la carrera como un músico clásico, creo que estamos en una sociedad que aún no está apegada del todo a la música académica, gran parte de nuestra música tiene otros lineamientos y eso a veces no permite que se entienda nuestra profesión.

P: Tu padre y primos están también en la BSMQ, háblanos de la tradición musical de tu familia…

J: Yo pertenezco a la cuarta generación de músicos en mi familia, la cual se caracteriza por ser intérpretes de instrumentos de viento en su  gran mayoría.  Al principio hubo una preferencia por los instrumentos de vientos metal, pero con los años algunos nos empezamos a especializar en vientos madera. Y en realidad todo empezó con mi bisabuelo que fue arpista, fue él quien nos inclinó a todos al arte de la música.

P: ¿Qué has aprendido este lapso en  la BSMQ?

J: El compartir con grandes músicos y personas es  un aprendizaje constante, musicalmente he adquirido nuevos conocimientos en repertorio y en ensamble de banda sinfónica, que es un formato diferente al de una orquesta sinfónica porque tiene nuevos timbres a los cuales debes acoplar al timbre del oboe, por ejemplo. He  adquirido mucha experiencia en el escenario compartiendo con distinguidos músicos, el poder ser parte de la BSMQ es muy enriquecedor ya que no solo crezco como artista sino como persona.

P: ¿Qué anécdota puedes contarnos que hayas pasado en la BSMQ?

J: Recuerdo que en una presentación que la Banda tuvo en la ciudad de Atuntaqui, salí al escenario pero no me percaté de que el cierre de la parte anterior de mi vestido estaba dañado, así que en ese momento una compañera cornista me prestó un vestido, tal vez los culpables  fueron los nervios previos al concierto.

P: ¿Aunque eres una músico muy joven, qué esperas del las entidades públicas, privadas o de gestores culturales para los músicos y los artistas?

J: Creo que lo ideal sería el apoyo a los músicos; es necesario que las autoridades lleguen a entender nuestra carrera y sobre todo que se gestione la creación de espacios y entidades donde los músicos puedan desenvolverse y ejercer su profesión, ya que en nuestro país hay muchos músicos jóvenes sin empleo.*






jueves, 5 de marzo de 2015

Benito Tayupanda, una pasión por las sonoridades

Por: Jefferson Herrera
Producción Centro Cultural Mamacuchara



Benito Tayupanda es un músico nacido en la provincia del Chimborazo. Es primer clarinetista de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, agrupación en la que trabaja desde hace 8 años. 
Desde su centro de ensayos, el Auditorio Raúl Garzón del Centro Cultural Mamacuchara, compartió con nosotros este breve diálogo





PRODUCCIÓN: Tengo entendido que llevas 8 años en la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, ¿cómo fue tu ingreso a la agrupación?

BENITO: En realidad fue algo inesperado, la oportunidad de audicionar se presentó en un momento en el que yo me encontraba estudiando y preparando, un promedio de 10 horas diarias y lo hacía  con miras a introducirme de lleno en una vida de clarinetista. Así que cuando me enteré de la audición, me presenté y ese mismo día me comunicaron que había sido seleccionado para ser clarinetista de la Banda.

P: ¿Cómo fue tu proceso de formación musical?

B: La música es parte de los seres humanos, y desde pequeño me sentí atraído por los sonidos del canto de mi abuela, de fiestas como el carnaval o de las cosechas o incluso de sonoridades que escuchaba en los velorios.  Y Chimborazo, de donde vengo, es una región con una tradición musical muy rica y fue inevitable no sentir esas melodías, creo que desde ahí empezó todo. Estudié ahí hasta los 19 años, luego vine a Quito para profesionalizarme; desde entonces mi vida se ha desarrollado aquí junto a la música.

P: Sabemos que eres un músico muy dedicado y apegado al estudio ¿qué tan importante es la preparación académica para ti?

B: A mí la música me lo ha dado todo, y lo único que yo puedo hacer para devolver eso, de alguna manera, es interpretar mi instrumento, pero para lograrlo debo estudiar y prepararme mucho, debo comprender todo de una forma integral. Es muy importante la preparación académica y el estudio; en general, para todos los músicos es esencial, es un arte que va en una constante dinamia.

P: Eres un músico joven, ¿qué significa para ti compartir escenario con maestros que llevan décadas de trayectoria?

B: Antes que nada es una gran responsabilidad, independientemente de cuál sea tu instrumento o tu posición dentro de la agrupación. Es un placer inexplicable estar sobre el escenario, significa mucho para mí desde el mismo hecho de ensayar una obra y dedicarle tiempo y energías.

P: ¿Desde tu posición como músico profesional qué haces para desmentir varios prejuicios o falsos conceptos  que la sociedad maneja en torno  a los artistas?

B: La música es una de las artes predilectas de los seres humanos, y por estar siempre relacionada con el entretenimiento y la diversión, en algunas sociedades se la ha llegado a satanizar como profesión. Pero creo que la responsabilidad recae en nosotros mismos como artistas, se supone que la música  es mucho más que un trabajo, es tu vida; y si en verdad respetas y eres responsable con lo que haces, entonces también harás lo correcto en tus diferentes espacios de ejercicio profesional.

P: ¿Cuáles son tus metas a corto plazo para con la Banda Sinfónica Metropolitana?

F: Creo que es sencillo: hacer que la música trascienda hoy, mañana y siempre.

P: ¿Qué esperas de las autoridades para lograr que se entienda a la profesión de los músicos?

B: En realidad es muy difícil que alguien que no es músico entienda una profesión como esta. Solo espero que se de una mayor importancia y apoyo a todos los géneros musicales. Si recibiéramos el mismo apoyo que el deporte nuestra cultura estará en un nivel diferente, sin embargo, mucho depende también de los mismos músicos. Tampoco esperamos que las autoridades sean nuestra “salvación”, pero es importante que nosotros hagamos respetar nuestra labor.

P: ¿Cuál es el papel, según tu criterio, que cumple un artista en la sociedad?


B: Desde que el niño nace está rodeado de sonidos, y lo que el músico hace es componer sinfonías basadas en esas sonoridades y ahí radica el papel del músico, lograr que esas melodías permanezcan en la sociedad.*

Santiago Uquillas, la genética del contrabajo

Por: Jefferson Herrera
Producción Centro Cultural Mamacuchara

Llevar la música en la genética, según Santiago, es algo imposible de ignorar; tarde o temprano el músico termina dedicándose a lo que en verdad ama. Sin importar los obstáculos o los problemas que puedan presentarse, la decisión por entregarse de lleno a la música será inevitable.   

PRODUCCIÓN: ¿Cuánto tiempo llevas en la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito­?

SANTIAGO: Bueno yo soy prácticamente fundador de la Banda, ingresé exactamente en el mes de julio de 1990. Luego, por varias circunstancias, tuve que alejarme 2 años, así que estoy ya 23 años con la Sinfónica.

P: ¿Por qué escogiste un instrumento como el contrabajo?

S: Yo me inicié con un bajo eléctrico, pero cuando decidí estudiar para ser músico profesional en el Conservatorio Nacional, me llamó mucho la atención el área del contrabajo, así que empecé a estudiarlo con el maestro René Bonilla y sencillamente me enamoré de ese instrumento. Aunque en mis primeros años  de estudio también toqué un poco de piano y siempre he sido un aficionado de la percusión.

P: ¿Cómo fue tu proceso de formación profesional hasta llegar al nivel que todos apreciamos?

S: Cursé 6 años de estudios en el Conservatorio con el maestro René Bonilla y luego 2 años más en la Orquesta Sinfónica Nacional, además seguía preparándome con otros maestros músicos, hasta que me enteré de las audiciones para ingresar a la Banda Sinfónica, me presenté y me aceptaron. Y desde entonces estoy aquí.

P: Hay una tradición musical en la familia Uquillas…

S: Pues sí, mi padre es saxofonista, de hecho es fundador de varios grupos, entre ellos Los Fabulosos, del cual en la actualidad soy manager y productor. Mi hermano fue trompetista de la Banda Sinfónica y su esposa, es decir mi cuñada, también es flautista en esta agrupación. Y creo que en nuestra genética está la pasión por ser músicos, a pesar de que nuestros padres nunca quisieron que nos dedicáramos a ésto, pero aquí estamos.

P: Eres el único contrabajista de la Banda Sinfónica Metropolitana, ¿qué implica ese trabajo?

S: Por lógica de sonido lo ideal es que en una banda o agrupación sinfónica haya 3 ó 4 contrabajistas. Es difícil acostumbrarse a sonoridades fuertes cuando se interpreta un instrumento que tiende a ser débil; pero a la vez es muy interesante tocar un instrumento que refuerza los sonidos graves de la Banda y escuchar cómo se concatena con otros instrumentos como el clarinete o el fagot.

P: ¿Cómo ves la trayectoria de nuestra Banda Sinfónica Metropolitana?

S: Desde un punto de vista musical, creo que es una trayectoria exitosa, hemos crecido mucho en términos de sonoridad e interpretación. Se han dado grandes pasos y en la actualidad, creo yo, que somos una de las agrupaciones sinfónicas más importantes del país.

P: ¿Qué diferencia ves entre la Banda Sinfónica de 1990 con la de hoy?

S: Grandes músicos y maestros han pasado por esta Banda y lo hicieron  mostrando un gran profesionalismo. Las sonoridades, si las comparamos con las de un principio, están más apegadas en gran medida a lo académico desde un punto de vista técnico.

P: Ahora que mencionas términos como técnico y académico, ¿qué tan importante es la educación formal para un músico?

S: Para una agrupación como la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito es muy importante tener una educación formal. Es necesario tener un conocimiento en la lectura de partituras; hay que conocer y manejar una técnica específica para comprender la sonoridad y eso solo se logra con un proceso de educación académica. Es  innegable que hay grandes músicos que se han formado fuera de las aulas, sin embargo una educación como tal es esencial.

P: Aún eres un músico joven, ¿cuáles son tus metas en relación a la Banda Sinfónica Metropolitana?

S: Principalmente seguir en la Banda. Para mí la música es algo que lo llevas en ti, sencillamente no existe otra cosa que pueda alejarte de ella, no hay valor que la iguale. Y es por eso que si mi meta es seguir en esta agrupación, lo que debo hacer es continuar preparándome para poder estar al nivel que se me exige.

P: ¿Cuál es el papel de un músico en la sociedad?


S: Es llegar a diferentes públicos, debemos demostrar la variedad que existe en la música. Creo que incluso cumplimos un  rol educativo ya que abrimos la perspectiva auditiva a la sociedad. Y es por eso que estos 25 años  me dejan muchos sentimientos encontrados, pero sobre todo grandes satisfacciones.

Fabián Lincango, un músico cargado de versatilidad

Por: Jefferson Herrera
Producción Centro Cultural Mamacuchara


Fabián Lincango es trombonista de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito. Estos 24 años junto a esta agrupación lo han llenado de mucha satisfacción. Desde su lugar de ensayo, el Auditorio Raúl Garzón del Centro Cultural Mamacuchara, compartió con nosotros un breve diálogo.


PRODUCCIÓN: ¿Cuánto tiempo estás en la Banda Sinfónica?

FABIÁN: Prácticamente llevo 25 años en la Banda Sinfónica y han sido años de forjar buenas relaciones y un buen ambiente y sistema de trabajo. He pasado una gran parte de mi vida en esta agrupación y desde los inicios he cosechado compañerismo y buenas relaciones con mis colegas músicos.

P: ¿Cómo fue tu formación hasta llegar al nivel que tienes ahora?

F: Bueno, es curioso, tengo varios parientes que son músicos empíricos; también en el colegio por hobby aprendí a interpretar la guitarra. Pero  luego conocí otros instrumentos, como el trombón e ingresé al Conservatorio de Música y entonces mi perspectiva cambió.

P: Tomando en cuenta que tus inicios fueron en la música folclórica, y que en la actualidad, interpretas desde temas tradicionales hasta oberturas de la música académica universal ¿qué tan importante es la versatilidad de un músico?

F: Los músicos nos debemos al público, y ese público jamás se enfrasca en un solo género musical; por lo tanto, es deber nuestro, como artistas, probar distintos géneros: jazz, blues, salsa, académica; incluso en la música ecuatoriana tenemos una gran variedad de ritmos que debemos ‘saborear’. Y eso es algo que en definitiva te nutre como músico, comprendes mejor cuál es la intención, la armonía y el sentido de una u otra canción.  

P: Para llegar al nivel en el que estás tuviste que pasar por un proceso de formación tanto dentro como fuera de las aulas, ¿qué tan importante es la formación académica para ti?

F: Es muy importante, con una formación como tal, entiendes desde una perspectiva profesional todo lo relacionado con la música. La educación te permite entender la esencia del sonido y practicarla desde una técnica en concreto.

P: ¿Cómo has visto la trayectoria artística en estos 25 años de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito?

F: Ha sido un largo proceso, hemos tenido muy buenos intérpretes. Nuestra trayectoria está caracterizada por la versatilidad, hemos interpretado un gran repertorio, y eso ha dado frutos ya que la Banda Sinfónica Metropolitana ya está posicionada dentro de la escena musical ecuatoriana.

P: ¿Cuáles son tus metas y objetivos para con la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito?

F: Bueno, me gustaría seguir siendo parte de este proceso, ser alguien que esté en la interpretación de nuevos temas y repertorios; estar presente en giras, en caso de que se den.  Hay metas en lo profesional y personal que hay que seguir cumpliendo con el objetivo de difundir la música que se hace en nuestro país.

P: Al ser parte de de una de las agrupaciones sinfónica más importantes de la ciudad, ¿qué esperas, como músico, de las entidades públicas y privadas?

F: Espero de cualquier entidad que se vea a la música como lo que es: una profesión. Es verdad que en los últimos años ha habido grandes cambios, pero yo aspiro y espero que estos cambios generen otras formas de ver a los músicos; que se amplíen los espacios y que se valore nuestra labor. Nuestro camino es largo y siempre estamos en constante preparación para demostrar lo que somos.*

           

lunes, 2 de marzo de 2015

Iván Acosta, un músico que trasciende a una profesión

Por: Jefferson Herrera
Producción del Centro Cultural Mamacuchara


Para Iván Acosta, saxofonista de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, ser un músico, y artista, difiere con el hecho de ser profesional. Para él, un artista, cuyo escenario es la sociedad, trasciende las ideas y la monotonía de la misma, está sobre ideas y políticas de turno; es un ser comprometido con la esencia de las personas


PRODUCCIÓN: ¿Cómo fue su proceso hasta llegar a ser un músico profesional?

IVÁN: Antes era extremadamente difícil formarte como músico profesional, te hablo de los años 70’s y 80’s, así que las oportunidades para lograrlo estaba en el extranjero. Junto a Chía Patiño, Efraín Gavela, entre otros, yo fui uno de los pocos de aquella época que pude estudiar fuera; así que para ser profesional de la música el asunto era sencillo “salías o salías”.

P: ¿Y cómo se presentó esa oportunidad de formarse profesionalmente en el extranjero?

I: Logré conseguir a través del IECE (Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo) una beca para estudiar en la Unión Soviética de ese entonces, después de un selección que se hacía, la gente de esa institución enviaba la documentación de los seleccionados en todas las áreas a Moscú para aprobación definitiva. El Conservatorio Tchaikovski de Moscú, por su parte, era el encargado de seleccionar a 5 becados para la carrera de música, y yo fui uno de esos becarios. Lo curioso fue que cuando me presenté para legalizar todos los papeles, me enteré que la carrera de Música como tal no estaba dentro de la lista de profesiones para becarios, a pesar de que el IECE ofrecía becas para artistas musicales, esto obviamente me afectó en varios aspectos, como  el cambio de moneda, por ejemplo.

P: Una educación en Rusia…

I: Fue muy duro, para mí era como haber ido a la universidad directo de la escuela sin haber pasado por un colegio. El nivel de educación para músicos allá estaba a otro nivel, en un principio no tuve problemas con la interpretación de los instrumentos, pero a nivel de teoría me faltaba muchas cosas por aprender, prácticamente era un analfabeto. Luego de un proceso individual de estudio teórico pude reintegrarme al grupo de estudios. Fueron  años de mucho esfuerzo y exigencia. Claro que años más tarde también estudiaría un posgrado en el Instituto Superior de Arte de Cuba.

P: ¿En qué  año regresa a Ecuador y cómo fue volver?

I: Regresé en el año 1987, volví a Guayaquil porque me casé con un chica de esa ciudad. Había ya estudiado jazz y música contemporánea, además de la música académica. Y fue hasta cierto punto frustrante porque no tenía con quién interpretar,  a pesar de que yo tenía incluso un repertorio; y en ese tiempo no había bandas  sinfónicas  así que eso complicaba las cosas. Sin embargo, mi compromiso con la música seguía ahí y era algo que iba mucho más allá de un sueldo o de horas de trabajo.

P: ¿Cómo fue su ingreso a la Banda Sinfónica Metropolitana y cómo vivió usted ese proceso?

I: Pasamos por una selección, no todos los músicos que se presentaron estuvieron aptos para ser parte de la nueva Banda Sinfónica. Lamentablemente en años posteriores nuestra banda fue cercenada.

P: ¿Cómo ve usted estos 25 años de vida artística de la Banda Sinfónica Metropolitana?

I: Creo que estos 25 años de vida no son la culminación de una trayectoria como tal. En una sociedad como la nuestra es un verdadero logro que una agrupación sinfónica haya sobrevivido. Y espero que vengan las bodas de oro y todas las celebraciones que se tengan que hacer y creo eso porque para ninguno de los músicos que hoy pertenecemos a la Banda ha sido fácil estar aquí, no ha sido solo cuestión de tomar un instrumento e interpretar, ha sido mucho más que eso, todos hemos pasado por un proceso de formación imprescindible. Es en verdad muy emocionante ver cómo jóvenes músicos que nacieron en el 90 ahora son parte de la esta banda y comparten la experiencia con músicos más experimentados.
 
P: ¿Qué nos puede decir del trabajo artístico que desarrollado la Banda Sinfónica?

I: Es un trabajo importantísimo, no solo por la versatilidad que nos ha caracterizado sino también por la gran cantidad de obras que hemos estrenado y, a  la vez, por  un repertorio que ha sido adaptado exclusivamente para el formato de nuestra banda. Hemos  trabajado en conjunto con la Orquesta de Instrumentos Andinos, Coro Mixto Ciudad de Quito y Escuela Lírica. Cada concierto ha sido una experiencia que me ha enriquecido y que no se puede comparar con nada.

P: Al igual que un doctor o un periodista, ¿cuál es el papel que un artista debe cumplir en la sociedad?

I: En el aspecto profesional creo que la música es  parte del entretenimiento y es además parte de la vida cotidiana de las personas, no importa si algunos prefieren la ópera y la música clásica y otros prefieren la música con tintes más populares. Sin música sería muy difícil recordar, reír, llorar, etc., sería difícil imaginar un mundo sin música. Bastaría solo un fin de semana sin música para que cualquier celebración sea un fracaso, ahí la importancia de los músicos en una sociedad; somos artistas que nos desenvolvemos en la sociedad como nuestro escenario.*