lunes, 5 de octubre de 2015

Patricio Mantilla Ortega

Director por 25 años

Por: Jefferson Herrera, Producción Centro Cultural Mamacuchara

Archivo Patricio Mantilla
Estar al frente de una orquesta no debe ser una tarea fácil; requiere poseer la experiencia necesaria para dirigir las sonoridades hasta que cada una de ellas se acople y poner en escena un concierto de elevada calidad.

PRODUCCIÓN: Este 2015 la OIA cumple 25 años, qué se siente al ver toda la trayectoria alcanzada…

PATRICIO MANTILLA: Cumplir 25 años es un acontecimiento muy importante. Nuestra orquesta surgió en 1990 para cubrir una necesidad que el Ilustre Municipio de Quito vio de Promover y Difundir la música popular. Una de las personas más entusiastas y que más atención brindó para que se llegara a conformar la Agrupación fue la señora Cecilia Rodríguez, esposa del Alcalde de ese entonces Don Rodrigo Paz Delgado. Recuerdo que fuimos varios los músicos que presentamos proyectos, entre ellos: Carlos Bonilla Chávez, Enrique Sánchez y Ernesto Guerrero. En mi caso, la experiencia adquirida al fundar y dirigir el Grupo de Música Popular JATARI me permitió manejar un concepto específico  al momento de la creación de la OIA.

P. ¿Qué implicaba crear una orquesta de instrumentos andinos?

Archivo Patricio Mantilla
P. M.: Al ser un proyecto único en su género, se consideraron todos los aspectos necesarios humanos, técnicos y logísticos para su conformación. Así, la planta de músicos se estructuró con varios músicos que tenía la Dirección de Educación y Cultura del propio Municipio y el resto de integrantes hasta cubrir 52 músicos fueron seleccionados de los grupos de música popular y folclórica del medio. La mayoría de los músicos tenía formación autodidacta muy valiosa, pero se vio necesario acceder al conocimiento académico en cuanto a teoría y lectura musical por lo cual, en un segundo momento, con el aporte de los propios compañeros de mayor experiencia y de algunos maestros reconocidos del medio se inició una nivelación de conocimientos musicales. Lo más importante en ese sentido fue que se plasmó positivamente la profesionalización del músico popular.

P.: ¿Cómo fueron los inicios en lo que se refiere a la parte musical?

Archivo Patricio Mantilla
P. M.: Por tratarse de una propuesta nueva, no existían, ni dentro ni fuera del país, partituras elaboradas para este formato orquestal así que, debimos crear y construir nuestro propio repertorio y arreglos musicales. Por primera vez se escribían partituras para instrumentos musicales andinos organizados como orquesta. Fue de ese modo como se estructuró un variado repertorio –clásico, internacional, latinoamericano y especialmente ecuatoriano-  que hoy alcanza aproximadamente 530 obras.

En otro aspecto, el instrumental de cuerdas (guitarras, charangos, tiples, bandolas, bandolines) adecuado se adquirió de los mejores ebanistas de la ciudad y los instrumentos de viento (zampoñas, flautas de Pan, quenas, rondadores, pífanos entre otros) fueron construidos por integrantes de la propia orquesta expertos en su elaboración y que mantienen sus propios talleres. 
  
P.: ¿Podría describir la trayectoria de la OIA en estos 25 años?

Archivo FTNS 2015
P. M.: De acuerdo a su objetivo principal que es: promover, difundir y aportar al desarrollo de la cultura musical ecuatoriana, la OIA ha presentado  su proyecto dentro y fuera del país mediante participación en Festivales Internacionales y giras de intercambio cultural en tal sentido hemos participado por dos ocasiones en el Festival de las Artes en Costa Rica, en el Festival Barroquísimo de México además de varias giras en Brasil, Colombia, Perú, Chile, Rusia, y Alemania. Cabe destacar el significativo apoyo económico, logístico y administrativo recibido del Municipio Metropolitano de Quito para dichos desplazamientos y en las importantes programaciones posteriores realizadas por la Fundación Teatro Nacional Sucre.

 Adicionalmente, varios compositores y directores se han interesado en colaborar con el desarrollo de la Agrupación: Alvaro Manzano, Andrea Vela, Jorge Oviedo, Belford Ruz y Alexandra Urrutia  de Chile, Gabriela Frank de USA, Denisse Simard de Canadá, Tadashi Maeda, Marcelo Beltrán y Giovanny Mera entre otros.

P.: ¿Cómo describiría la estructura musical de Orquesta de Instrumentos Andinos?

P. M.: La OIA está estructurada en diferentes secciones instrumentales: vientos, cuerdas y percusión cuya funcionalidad está determinada por la sonoridad global de la misma. Tiene importancia definitiva el arreglo musical que permite fusionar las características tímbricas de cada instrumento andino y explotar sus características acústicas.

P.: Si revisamos el repertorio de la OIA podemos ver mucha versatilidad, desde temas andinos y latinoamericanos hasta oberturas y temas clásicos…

P. M.: Uno de los primeros trabajos discográficos que realizamos fue un CD de música clásica y se lo hizo para demostrar la ductilidad de los instrumentos andinos para abordar cualquier tipo de repertorio musical, desmintiendo de esa manera un prejuicio generalizado en la sociedad de que los instrumentos andinos solamente sirven para la ejecución de música folclórica. A partir de allí hemos hecho el montaje de un significativo repertorio latinoamericano, obras académicas, populares y tradicionales de compositores ecuatorianos, adaptadas al formato de la OIA lo que nos han permitido incrementar la literatura musical del país y cultivar el talento, la capacidad y la técnica de nuestros instrumentistas.

P.: ¿Siempre hubo un apego a los sonidos de los instrumentos de la cultura andina?

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P. M.: Desde niño me sentí atraído por la música, lo que me motivó inicialmente a una práctica como autodidacta -especialmente a través del canto- y posteriormente a una educación formal académica pues comprendí la importancia de tener conocimientos musicales, para aprender a leer y escribir música, componer e investigar.  Mi formación en el Conservatorio Nacional de Música de Quito, por lo tanto coadyuvó en mi ampliación de conocimientos y profesionalización; sin embargo mi interés fundamental era conocer la música andina y sus instrumentos musicales. En tal virtud, por influencia del Grupo JATARI me incliné hacia la música andina, latinoamericana y Nueva Canción.  

P.: ¿En qué otros aspectos se desenvuelve Patricio Mantilla?

P. M.: A través del canto pude representar al país en dos oportunidades en el Festival del Clavel Rojo en Sochi-URSS (1978 y 1983) en los cuales fui Laureado. He dirigido varios coros de la ciudad de Quito como el de INECEL, Cámara de Comercio de Quito, OPAM, Asociación Coral Mitad del Mundo. Adicionalmente, varios años trabajé también en el IADAP, Instituto Andinos de Artes Populares en el área de Investigación de la Música Popular fruto de lo cual publiqué algunos folletos sobre esa temática.

P.: ¿Cómo es la familia de Patricio Mantilla?

P. M.: Me casé en 1977 y tengo tres hijos que ya son profesionales. El primero es matemático, el segundo ingeniero en sistemas y el tercero es contador, cada uno tiene ya su hogar establecido. Actualmente voy a tener el quinto nieto y realmente es una maravillosa familia que, en unión de mi esposa, siempre me han brindado su apoyo incondicional en la profesión musical.

P.: Cuando no está frente a la Orquesta ¿qué otras actividades realiza?

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P. M.: Siempre me ha gustado trotar, he practicado ese deporte de forma amateur desde hace 35 años, he participado periódicamente en competiciones que organizan diferentes instituciones ganando incluso  algunos trofeos y medallas. Este deporte me mantiene en buen estado físico y me permite desempeñar mi función de dirección orquestal de una manera eficiente pues, es una actividad que exige mucha energía. Otra actividad que me encanta es la fotografía, recibí premios por haber publicado alguna de ellas. Tengo varias cámaras fotográficas y llegué a tener mi propio taller para revelar y trabajar mis propias fotografías. Así podría decirse que cuando no hago música estoy trotando o haciendo fotos…

P.: ¿Es decir que si Patricio no hubiera elegido la música hoy sería un atleta o un fotógrafo?

P. M.: Efectivamente. Antes de tener un sueldo fijo como músico, analicé la posibilidad de dedicarme profesionalmente al atletismo o la fotografía; sin embargo, la música venció a cualquier otro anhelo, simplemente sentí que la música es la forma  idónea para comunicar mis ideas y mis sentimientos, es un estilo de vida que sobrepasó a todo.
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P.: ¿Espera que alguno de sus 5 nietos se dedique a la música o al arte?

P. M: Sí, el arte engloba las actividades del ser humano y es claro que en nuestro país hay mucho talento para las artes. Siempre trato de que mis nietos escuchen música, les proporciono material acorde para su edad y al parecer les gusta mucho, pero sólo el tiempo sabe si se dedicarán a la música.

P.: A pesar de ser un músico experimentado y de larga trayectoria, ¿cómo es la relación con sus padres y hermanos al ver lo mucho que ha aportado como artista al Ecuador?

P. M.: Mi padre me apoyó desde el comienzo, aunque siempre le preocupó el hecho de que tal vez no pudiera “vivir” de la música. Pero al ver que mi trabajo ha dado su fruto y el reconocimiento logrado a nivel nacional e internacional también lo admiró y respaldó incondicionalmente. Mi hermano, Carlos Mantilla también es uno de los fundadores del Grupo JATARI, actualmente se dedica a la docencia en su propia academia de música.

P.: Fuera de las horas de ensayo ¿cómo es el ambiente entre los integrantes de la OIA?

P. M.: Hay un fuerte lazo de amistad, unidad y solidaridad que se ha consolidado durante estos 25 años, esas características refuerzan la dedicación y compromiso de cada integrante con el trabajo de la Agrupación.

P.: Un mensaje final Maestro…

P. M.: La música es un elemento vivo y es la expresión de los sentimientos de los seres humanos por ello es una de sus  principales manifestaciones. El músico por su parte, traduce ese sentir con su propio lenguaje y solamente su dedicación y entrega total conseguirán que su trabajo sea de excelencia.

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