jueves, 5 de mayo de 2016

La música detrás de los elencos

Por: Pedro Bermejo, Comunicación FTNS

En una de las tantas salas del laberíntico Centro Cultural Mama Cuchara, al contrario que en otras, no suena el rasgueo de ninguna guitarra, el chorro de voz de ninguna cantante o el suave sonido de la quena. No es que en esta aula la música no esté presente, al contrario, es precisamente en esta habitación, en la que reina un silencio sepulcral, donde se crea la mayoría de música que interpretan las diferentes agrupaciones que ensayan en este histórico edifico convertido en colmena musical. Giovanni Mera y Marcelo Beltrán son los dos protagonistas, que, como demiurgos musicales, componen y arreglan la música que, posteriormente los elencos de la Fundación Teatro Nacional Sucre, interpretan para el público de la ciudad. Para conocer un poco más su invisible pero sonoro trabajo, con cientos de partituras amontonadas sobre sus escritorios y las pantallas de sus computadoras llenas de notas musicales, los dos experimentados compositores hablaron sobre su día a día, sus proyectos y la historia del equipo de composición y arreglos.

E.: ¿Qué tipo de formación y experiencia tienen previa a ingresar a trabajar como compositores de la FTNS?
Giovanni Mera: Formación básica tuve en el Conservatorio Nacional de Música y la formación más profunda fue sobre todo autodidacta. Hacíamos aquí mismo en la Mamacuchara muchos talleres de estudio con compañeros, en los que participábamos junto a otros compositores del país como Jorge Oviedo, Leonardo Cárdenas, Raúl Garzón, Marcelo Ruano. Con ellos hacíamos grupos de estudio con material que se conseguía en el exterior, que aquí no teníamos acceso a literatura de ese tipo, más especializada. Igualmente, cada vez que venía algún maestro del exterior también se realizaban talleres o intentaba tener clases particulares con ellos. Entonces, es el caso del maestro Pérez Puente, con él pude tomar clases de composición ya directamente. La mayor fuente de mi formación sería con él en clases particulares.

E.: ¿Desde qué año trabaja aquí?
G.M.: Yo volví a entrar al Municipio en el 2000, me parece. Yo hice parte de la Orquesta de Instrumentos Andinos, de los músicos fundadores de la Orquesta (1990), entonces yo estuve con ellos bastante tiempo. Luego salí del Municipio y salí del país a hacer algunas giras con algún grupo y algunas veces regresé a la Orquesta de Instrumentos Andinos. Luego me fui nuevamente y regresé, esta vez, a trabajar en el Estudio de Grabación de aquí mismo, en la Mamacuchara.

E.: Marcelo Beltrán, ¿cuál es su formación y experiencia  previa? 
Marcelo Beltrán: Similar. La formación musical básica y generalista hecha en el conservatorio. Yo tengo un título como guitarrista en el Conservatorio, pero las formación como arreglista y compositor, dadas las carencias que en ese momento habían acá, son en la mayoría de casos hechas de manera autodidactica y, como ya refirió Giovanni, en la comunidad de compositores que nos reuníamos, o de aspirantes a arreglistas y compositores, que nos reuníamos a proveernos de nuestra propia formación. Aparte de eso, exactamente igual que Giovanni, uno de los maestros más influyentes en mi formación como compositor es Jose Angel Pérez Puentes, cubano residente en Ecuador. Aparte de eso, han contribuido en mi formación Gerardo Guevara, Julio Bueno, en fin, he tratado de extraerles todo lo que se puede a los maestros, Mesías Maiguashca, Arturo Rodas, los que podría mencionar. Yo ingresé al Municipio hace ya 24 años. Ingresé cuando la Banda Sinfónica nacía únicamente como proyecto, ingresé como copista de música de la Banda Sinfónica. Posteriormente, se constituyó un departamento de desarrollo y difusión en el que había un equipo de investigadores. Fue una etapa en la que uno trabajaba haciendo un poco de todo, multidisciplinario: investigación, levantamiento de partituras, colaboración con algunas publicaciones. Y se consolidó este Taller de Composición con el que hicimos una temporada bastante interesante allá por el fin del siglo pasado, sobre todo de 1998 al 2000 fue bastante prolífico. Luego vino una etapa un poco de decaimiento de esta estructura y en esa etapa fui nombrado director del Ensamble de Guitarras de Quito, este cargo lo ejercí hasta el año 2008. Entonces, durante ese periodo mi trabajo fue de director del Ensamble de Guitarras y la producción musical de composición y de arreglística fue algo secundario, aunque siempre se mantuvo por cuenta propia, y la producción básicamente estuvo orientada a nutrir el repertorio del Ensamble de Guitarras. A partir del 2008 me reintegro a esta sección, en la que nos encontramos ahora Giovanni y yo, para proveer del repertorio que las agrupaciones necesitan.

E.: ¿Qué objetivo tiene este equipo?
G.M.: En un principio, realmente el objetivo era justamente el objetivo del Departamento de Desarrollo y Difusión Musical, que era buscar el desarrollo de la música  ecuatoriana. Entonces, nuestro departamento era básicamente eso, con nuestro trabajo, tanto arreglístico como compositivo, tratar de que la música ecuatoriana, principalmente, se vea, podríamos decir, elevada a un nivel superior. 

M.B.: Se trata de establecer un proceso lógico en ese sentido. Es decir, desde la investigación de los procesos musicales, tanto urbanos como rurales campesinos, desde la investigación hasta la sistematización pasando por los hallazgos investigados, y la posterior producción y puesta en valor de música nueva en base de aquello que se había investigado. Eso originalmente era el proyecto, pero bueno, no quiero sonar lastimero, pero  necesariamente hay que mencionarlo, las políticas del gobierno local y la política general de reducción del tamaño del Estado condujeron a reducir al mínimo el personal de esta entidad, tanto así que agrupaciones como la Banda Sinfónica estuvieron a punto de desaparecer. Entonces, claro, se perdieron de vista estos procesos investigativos, de archivo, de documentación y demás, y de alguna manera lo que queda ahora es producto de aquello y nuestro trabajo actualmente un poco lo que apunta es a nutrir a las agrupaciones de repertorio nuevo cuando la ocasión lo amerita, pero en el 90% de casos es arreglar música para necesidades específicas de las agrupaciones.

E.: ¿Cómo es el proceso desde que se elige el repertorio hasta la puesta en escena?
G.M.: Básicamente, hay un proyecto, podría ser con la Banda Sinfónica, que podría ser, por ejemplo, de música sacra. Se determina cuál va a ser el programa, si va a ser Banda Sinfónica sola o Banda Sinfónica con coro.  A veces, se arma el repertorio conjuntamente, piden nuestra opinión. Otras veces nos indican los temas que hay que hacer, y nosotros trabajamos para la agrupación correspondiente.

M.B.: Sí es importante mencionar que hay una apertura en el sentido de que nosotros podemos proponer nuestros propios proyectos de composición y de arreglística también, no siempre con éxito pero se hace. Entonces, de pronto proponemos o, mejor dicho, contraproponemos. Ahora mismo, por ejemplo, hay en ciernes un proyecto del Ensamble de Guitarras para arreglar para el conjunto de música de Agustín Barrios, este guitarrista paraguayo. Y bueno, la idea es que sencillamente las agrupaciones, por lo general, nos dan la idea del proyecto, y nos dejan absolutamente abierto el camino de que nosotros escojamos el estilo y la forma que le vamos a dar a la música que va a ponerse en escena. Es decir, no existe, por parte de las agrupaciones, una cosa específica que nos digan cómo quieren que suene exactamente. Eso es una tarea absolutamente propia de los arreglistas y de los compositores, se dan las pautas generales, por supuesto, para que no haya cosas que no quepan dentro de lo propuesto, pero básicamente tenemos mucha libertad creativa en ese sentido, lo cual, por supuesto, agradecemos.

E.: ¿Se podría comparar un poco su trabajo con el de traducir de una lengua a otra cuando hacen arreglos para los diferentes formatos?
M.B.: Sí, por supuesto. Dependiendo de la agrupación para la que se escriba.

G.M.: En caso de adaptar algo ya hecho para otra agrupación, yo creo que sí.

M.B.: Se han hecho adaptaciones de orquesta sinfónica para la Banda, por ejemplo, incluso para el Ensamble de Guitarras también. La mayor carga actualmente es arreglística. La música popular ecuatoriana, por ejemplo, dándole el formato de banda sinfónica para que pueda ser tocado por esos instrumentos o dándole el formato del Ensamble de Guitarras. En el caso del Ensamble de Guitarras, por ejemplo, es muy decidor, digamos es un ejemplo paradigmático porque no existe un repertorio, aparte del que nosotros hemos producido acá, un repertorio ecuatoriano para ese tipo de agrupación. Igual para la Orquesta de Instrumentos Andinos, sólo aquí se produce música para esa orquesta, los compañeros de la orquesta que también componen y nosotros.  Entonces, estas dos agrupaciones en particular probablemente sean las que más necesiten de nuestro aporte en este sentido.

E.: Por ejemplo, ¿cómo fue el proceso para preparar el concierto de la Orquesta de Instrumentos Andinos con Gustavo Santaolalla?
G.M.: Él mandó el repertorio y nosotros teníamos que hacer los arreglos para que la Orquesta de Instrumentos Andinos lo acompañe. En el caso de él, para no tener dificultades en el momento del montaje, se le envió las maquetas que teníamos y él regresaba sugerencias sobre qué es lo que le parecía que pueda funcionar o lo que podría tal vez aumentarse, y se hacían cambios.
M.B.: Con él, en particular, fue un trabajo bastante sui generis; fue una línea de trabajo bastante fluida, con él se podía hablar, conversar, incluso hacer sugerencias. Fue una experiencia interesante. Yo diría que supuso más bien un reto, en el sentido de tratar de entendernos estilísticamente, más que desde un punto de vista técnico. Desde ese punto de vista, la música de Santaolalla no es complicada, entonces por ese lado no hubo ningún inconveniente.

E.: ¿Qué proyectos les han presentado más retos o dificultades?
G.M.: Dificultades creo que nos presentan los proyectos en los que hay música en los que nosotros no estamos muy imbuidos, o sea no es parte de nuestra especialidad. Por ejemplo, el jazz fue duro, porque se necesita tener cierta especialización. Todo esto presenta dificultades, pero hay otros que presentan retos, como lo de Santaolalla, que podía ser trabajoso pero era algo muy estimulante.

M.B.: Otro proyecto de esos que recuerdo con bastante gusto fue justamente con la Orquesta de Instrumentos Andinos, cuando acompañó a Víctor Heredia. Eso fue un trabajo que salió sencillamente bien.

G.M.: Otro que también me gustó fue con Sal y Mileto. Fue un rock fuerte.

M.B.: Eso fue realmente algo nuevo, por lo menos en mi experiencia. Yo no provengo de una vena rockera y jamás había hecho rock. Tuvimos que arreglar, igual, para la Orquesta de Instrumentos Andinos con Sal y Mileto, que es un rock bastante pesado, pero funcionó. Fue muy interesante en realidad la fusión. Esas son las partes estimulantes, cuando hay la oportunidad de abordar otro tipo de géneros desde una visión más fresca, más renovadora.

G. M.: Aparte de eso, creo que una cosa muy estimulante y que lamentablemente ya no se da, es poder presentar nuestras composiciones, nuestros proyectos en formatos grandes. O sea, no una cancioncita para tal evento, sino una obra, que hemos presentado antes y ahora ya no.

M.B.: Giovanni y yo hemos tenido la oportunidad de escribir para lo que se llamaba el Concierto de Campanarios. Por ejemplo, eso era una cosa interesante que representaba un verdadero reto para el compositor. Personalmente, tuve la oportunidad de hacer una obra de una hora de duración que se presentó en la Plaza de San Francisco con toda la infraestructura, con dos coros en escena, con la Banda Sinfónica, con la Orquesta de Instrumentos Andinos, con ballets, hasta nos bajaron las campanas de La Compañía. Entonces, sin pretender llegar a esa dimensión de espectáculo que eventualmente se tiene que abordar, pero que no se puede hacer todos los días, sí añoramos nosotros la posibilidad de tener nuestra música propia más en escena con nuestras agrupaciones. Ahora, Tadashi nos ha hecho una propuesta bastante interesante, con la cual estoy bastante entusiasmado. Es aquella de presentar una serie de cuentos infantiles con títeres y con música de la Orquesta de Instrumentos Andinos y, esta vez sí, con música propia. Son una especie de óperas pequeñitas con títeres y, realmente, si eso resulta yo creo que será el proyecto más emblemático de composición de este año, si es que no se presenta una cosa mejor.

E.: ¿Qué proyectos están trabajando en este momento?
G.M.: En el momento estamos con tres proyectos: para el Ensamble de Guitarras con música de Agustín Barrios, para el grupo Yavirac junto al Coro Mixto y piano, un proyecto de música popular latinoamericana, y el proyecto que acaba de decir Marcelo, musicalizar estos cuentos.

E.: ¿Cuánto tiempo de trabajo les puede tomar, por ejemplo, el de Yavirac y el Coro Mixto?
G.M.: Bueno, puede ser indistinto, pero ahora no nos puede llevar más que hasta fin de mes, o sea, ese es el plazo. Generalmente trabajamos por plazos.

M.B.: Bueno, hay épocas y épocas, pero, digamos, así idealmente, el promedio histórico de producción nuestra es aproximadamente un arreglo por semana.

G.M.: O sea, haciendo el promedio porque hay épocas de vacas flacas y de repente, como ahora, nos llega todo así.

E.: ¿Para el Festival de Música Sacra tuvieron que trabajar bastante?
M.B.: No, este año no ha habido nada para Música Sacra, pero hay otros elencos que de pronto en Música Sacra están sin mucho trabajo, entonces hay que darles actividad.

G.M.: Justamente ahora lo que estamos haciendo es para que puedan tener actividad después de Música Sacra.

M.B.: Sí, ese es un fenómeno que suele ocurrir. Cuando hay un evento de estos, como música Sacra, como el Festival de Jazz, pasa el evento y hay como un bajón. Entonces, un poco es cubrir eso, tener ya el material preparado para que la gente salga de un evento y enseguida comience a preparar otro.

E.: Aparte de su trabajo para los elencos, ¿componen con otros grupos?
G.M.: Nuestro trabajo compositivo va más allá de los límites del Centro Cultural. O sea, nosotros hemos seguido presentando trabajos. Yo he hecho algunos trabajos para, por ejemplo, una orquesta de cámara en Ambato que presentó un ballet que hice hace unos dos años; con la Orquesta Sinfónica Nacional ha habido la oportunidad de hacer arreglos y cosas así, música ecuatoriana, proyectos con grupos musicales.

M.B.: Ahora mismo, en mi caso, estoy con el ensamble Tushpar, 12 percusionistas. Ellos me han encargado y eso, claro, es un proyecto personal mío, que está por fuera de la institución. Estoy componiendo una serie de piezas para conmemorar un aniversario más de su creación. Así mismo, estoy componiendo un concierto para saxofón y banda sinfónica, por pedido del saxofonista, que igual probablemente lo vaya a tocar nuestra Banda Sinfónica, pero igual es un proyecto que está por fuera de la institución. En fin, como dice Giovanni, la actividad compositiva es algo que no puede hacerse únicamente en las ocho horas que nosotros permanecemos aquí. Como dirían por ahí, es un estilo de vida.

E.: ¿Desde cuándo están ustedes solos en este equipo?
G.M.: Desde que les mandaron a todos, jajaja.

M.B.: Giovanni se quedó sólo durante bastante tiempo. En los momentos éramos como siete. Es justamente en la época que te mencionaba, que fue como la más prolífica, que fue entre el 98 y el 99. Y claro, luego venían unos, se iban otros… Desde inicios de los 2000 hasta acá, Giovanni ha sido, digamos, el eje transversal. Yo estuve durante esos primeros años de siglo con el Ensamble de Guitarras, luego en el 2008 me reintegré, como te contaba, y estaban también Marco Orozco y Cristina Breilh. Entonces, estuvimos los cuatro un par de años, y más o menos desde el 2010 estamos solos los dos.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Leonardo Cárdenas, pasión por la música

Por: Estefanía Ochoa, Comunicación FTNS



Compositor, docente, productor y multi instrumentista, Leonardo Cárdenas, con más de treinta años de trayectoria artística, es el actual director titular de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito. En esta entrevista con nuestro equipo de comunicación, podremos conocer más de este gran músico que llega con nuevas propuestas de trabajo para esta agrupación que cuenta ya con 26 años de labor musical.







-¿Cuál es su formación y experiencia musical?
Soy compositor, arreglista, productor musical y hace cuatro años estoy involucrado en la dirección musical. Calculo que hasta el momento he acumulado cerca de treinta años de experiencia musical. Me formé en el Conservatorio de Música de Loja y con maestros internacionales en el exterior. Dentro de las agrupaciones que he dirigido están: la Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio de Loja, la Banda Sinfónica de Pasto y la Orquesta Sinfónica Juvenil de Pasto. Además he sido productor musical de Quimera, Hugo Idrovo y Margarita Lasso, entre otros.

-¿Qué tipo de música le gusta escuchar?
Escucho de todo para nutrirme profesionalmente. Pero me interesa sobre todo la música del siglo XX, de compositores latinoamericanos y ecuatorianos.

-Usted ha trabajado antes con la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito (BSMQ) y en el Centro Cultural Mamacuchara, háblenos un poco de esas experiencias.
En la década del 90 yo empecé como pianista de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, luego pasé a ser arreglista y posteriormente compositor. Recuerdo que fueron momentos muy bonitos con los compañeros en el Departamento de Desarrollo y Difusión Cultural, en esa época no se llamaba todavía Centro Cultural Mamacuchara. Recuerdo que estrenamos “Cantata Escénica Puca Runa” en homenaje a Monseñor Leonidas Proaño y fue mi primera oportunidad de dirigir la banda. Para mí volver a esta agrupación es cerrar un círculo, empecé aquí y ahora regreso con más experiencia y mayores cosas que aportar.

- ¿Qué destacaría de la BSMQ?
Que es una agrupación con mucho potencial, llena de talento en los músicos, es una banda que puede proponer interesantes conciertos. Para mí lo primordial es el talento humano que tiene.


-¿Qué expectativas y retos se plantea al dirigir la BSMQ?
Es un reto bastante fuerte para mí, quisiera priorizar la posibilidad de vincularnos más con los ciudadanos, trabajar más hacia el público. Priorizaré el trabajo de compositores latinoamericanos y ecuatorianos, sin dejar de lado a los jóvenes compositores, estoy abierto a recibir nuevas propuestas.  


- ¿Cuál va a ser su lineamiento en cuanto a trabajo y programación con la BSMQ? ¿En qué tipo de trabajo y de repertorio va a hacer más hincapié?

Me interesar realizar conciertos temáticos que puedan abordar tanto la música académica como la música popular. Un proyecto que recoja lo mejor de la Fania, por ejemplo, compositores como Piazola, Villalobos, Márquez, Guevara, Luis Humberto Salgado, Jorge Oviedo, Geovanny Mera, entre otros. Lo que quisiera es nutrir constantemente el repertorio, para eso estoy abierto a trabajar con otros músicos que tengan una propuesta novedosa que mostrar, figuras del medio como Álex Alvear, María Tejada, Mariela Condo, etc. El repertorio en el que indudablemente voy hacer hincapié es en el ecuatoriano, para que no sólo dentro sino fuera del país se conozca nuestra música y a nuestros compositores.  


martes, 3 de mayo de 2016

SEIS RAYOS DE PLATA


Hay un hondo misterio en tu sonoro
y ardiente corazón, guitarra mía,
gozas pensando y hay en tu alegría
transportes de pasión, gotas de lloro.

Te dio su corazón el dulce moro,
el íbero te dio, su alma bravía
y la América virgen, se diría,
puso en ti, de su amor, todo el tesoro.

Por eso en tu cordaje
soberano,
que vibra con acento casi humano
es a veces, tu voz como un lamento.

Como queja de tu alma solitaria
en cuya triste y mística plegaria
florece sin cesar el sentimiento.

Agustín Barrios Mangoré

La guitarra, esbelta, delicada, cálida y con sus sonidos tan variables, en un momento profundos y al instante rápidos y agudos, es sin duda la herramienta básica del Ensamble de Guitarras de Quito. Esta agrupación, integrada por 8 músicos, fue creada en 1993 como parte del Departamento de Desarrollo y Difusión Musical del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Actualmente está administrada por la Fundación Teatro Nacional Sucre y ensaya diariamente en el Centro Cultural Mama Cuchara.

Al ser la guitarra un instrumento tan versátil, capaz de interpretar muchos géneros, el ensamble ha tocado varios repertorios, que abarcan desde música renacentista hasta música ecuatoriana de vanguardia. En este mes, al recordar los 127 años del nacimiento de uno de los más grandes guitarristas latinoamericanos, el grupo presenta un tributo al paraguayo Agustín Barrios, conocido como Nitsuga Mangoré. Este gran músico, además de compositor y ejecutante de guitarra, también se acercó a la filosofía, poesía y teología, dominaba el castellano y el guarní, lengua nativa del Paraguay. Fue en 1932 cuando realizó por primera vez una presentación con este nombre: Nitsuga viene de Agustín escrito al revés; y Mangoré nace de un legendario jefe guraní que se dice que murió de amor.


Un justo reconocimiento al genio de la guitarra que trascendió las fronteras de la cultura universal.