Por: Jefferson Herrera, Producción Centro Cultural Mamacuchara
Joselyn
Gallegos, a sus 20 años, es una de las integrantes más jóvenes de la Banda
Sinfónica Metropolitana de Quito. Pertenece a una familia con tradición
musical, su padre y dos de sus primos
también forman parte del elenco. El instrumento que interpreta es el
oboe e ingresó a la agrupación en mayo de 2014
PRODUCCIÓN: ¿Qué representa la música para ti?
JOSELYN: Para la
mí la música es algo que llevas en ti, es algo que no tiene palabras para describirla ni cosa alguna
para poder compararla. Es un lenguaje universal que está presente en
nuestra vida cotidiana y no se necesitan aspectos técnicos para entenderla ya
que fluye naturalmente en nosotros.
P: ¿Por qué escogiste esta
profesión: la de músico?
J: Bueno
yo siempre admiré a mi padre en todo aspecto y
quería llegar a ser como él, lo
más importante era llegar a ser músico y viajar con mi instrumento tal como él
lo hacía, pero cuando conocí el oboe entendí lo que hacía mi padre y sobre todo
entendí la dedicación y amor que uno debe tener hacia su instrumento, así
que me decidí por la música y es una
profesión muy complicada ya que requiere tiempo y entrega.
P: ¿En un universo de
instrumentos por qué te decidiste por el oboe?
J: Antes
de decidirme por oboe estudié varios instrumentos como el bugle y el corno pero realmente no me
sentía a gusto; así que una vez escuché
a Carolina Gallegos, mi prima y mi primera maestra, tocar el oboe y en ese instante me sentí
atraída por su sonido y me dije “tiene
que ser el oboe” y realmente es el instrumento con el cual me complemento y me
siento identificada.
P: ¿Cómo fue tu ingreso a la
BSMQ?
J: Cuando
me enteré que se abrió una vacante para un músico oboísta en la BSMQ, decidí
presentarme para adquirir experiencia en lo que significaba estar una audición.
Y aunque yo ya había estado en la FOSJE, era la primera vez que audicionaba
para ocupar un trabajo como músico profesional, así que me preparé mucho con mi
maestra Carolina Gallegos. Estaba muy nerviosa y traté de concentrarme frente
al jurado, así que una vez que salí de la sala solo fui a mi casa a descansar,
y esa misma tarde me comunicaron que había sido seleccionada.
P: ¿Qué tan difícil es ser músico en una sociedad como la
ecuatoriana?
J: En el
Ecuador se dificulta ejercer la carrera como un músico clásico, creo que
estamos en una sociedad que aún no está apegada del todo a la música académica,
gran parte de nuestra música tiene otros lineamientos y eso a veces no permite
que se entienda nuestra profesión.
J: Yo
pertenezco a la cuarta generación de músicos en mi familia, la cual se
caracteriza por ser intérpretes de instrumentos de viento en su gran mayoría. Al principio hubo una preferencia por los
instrumentos de vientos metal, pero con los años algunos nos empezamos a
especializar en vientos madera. Y en realidad todo empezó con mi bisabuelo que
fue arpista, fue él quien nos inclinó a todos al arte de la música.
P: ¿Qué has aprendido este
lapso en la BSMQ?
J: El
compartir con grandes músicos y personas es
un aprendizaje constante, musicalmente he adquirido nuevos conocimientos
en repertorio y en ensamble de banda sinfónica, que es un formato diferente al
de una orquesta sinfónica porque tiene nuevos timbres a los cuales debes
acoplar al timbre del oboe, por ejemplo. He adquirido mucha experiencia en el escenario
compartiendo con distinguidos músicos, el poder ser parte de la BSMQ es muy
enriquecedor ya que no solo crezco como artista sino como persona.
P:
¿Qué anécdota puedes contarnos que hayas pasado en la BSMQ?
J:
Recuerdo
que en una presentación que la Banda tuvo en la ciudad de Atuntaqui, salí al
escenario pero no me percaté de que el cierre de la parte anterior de mi
vestido estaba dañado, así que en ese momento una compañera cornista me prestó
un vestido, tal vez los culpables fueron
los nervios previos al concierto.
P:
¿Aunque eres una músico muy joven, qué esperas del las entidades públicas,
privadas o de gestores culturales para los músicos y los artistas?
J: Creo que lo ideal sería el
apoyo a los músicos; es necesario que las autoridades lleguen a entender
nuestra carrera y sobre todo que se gestione la creación de espacios y entidades
donde los músicos puedan desenvolverse y ejercer su profesión, ya que en
nuestro país hay muchos músicos jóvenes sin empleo.*
La creación de nuevos espacios; bandas u orquestas, donde trabaje la música académica o popular de forma profesional ayudaría a fomentar los procesos musicales del país y el nivel cultural de las personal,
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