Por: Jefferson Herrera
Producción del Centro Cultural Mamacuchara
Para Iván Acosta, saxofonista de la Banda Sinfónica Metropolitana
de Quito, ser un músico, y artista, difiere con el hecho de ser profesional.
Para él, un artista, cuyo escenario es la sociedad, trasciende las ideas y la
monotonía de la misma, está sobre ideas y políticas de turno; es un ser
comprometido con la esencia de las personas
PRODUCCIÓN: ¿Cómo fue
su proceso hasta llegar a ser un músico profesional?
IVÁN: Antes
era extremadamente difícil formarte como músico profesional, te hablo de los
años 70’s y 80’s, así que las oportunidades para lograrlo estaba en el
extranjero. Junto a Chía Patiño, Efraín Gavela, entre otros, yo fui uno de los
pocos de aquella época que pude estudiar fuera; así que para ser profesional de
la música el asunto era sencillo “salías o salías”.
P: ¿Y cómo se presentó
esa oportunidad de formarse profesionalmente en el extranjero?
I: Logré
conseguir a través del IECE (Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo) una
beca para estudiar en la Unión Soviética de ese entonces, después de un
selección que se hacía, la gente de esa institución enviaba la documentación de
los seleccionados en todas las áreas a Moscú para aprobación definitiva. El Conservatorio
Tchaikovski de Moscú, por su parte, era el encargado de seleccionar a 5 becados
para la carrera de música, y yo fui uno de esos becarios. Lo curioso fue que
cuando me presenté para legalizar todos los papeles, me enteré que la carrera
de Música como tal no estaba dentro de la lista de profesiones para becarios, a
pesar de que el IECE ofrecía becas para artistas musicales, esto obviamente me
afectó en varios aspectos, como el
cambio de moneda, por ejemplo.
I: Fue
muy duro, para mí era como haber ido a la universidad directo de la escuela sin
haber pasado por un colegio. El nivel de educación para músicos allá estaba a
otro nivel, en un principio no tuve problemas con la interpretación de los
instrumentos, pero a nivel de teoría me faltaba muchas cosas por aprender,
prácticamente era un analfabeto. Luego de un proceso individual de estudio
teórico pude reintegrarme al grupo de estudios. Fueron años de mucho esfuerzo y exigencia. Claro que
años más tarde también estudiaría un posgrado en el Instituto Superior de Arte
de Cuba.
P: ¿En qué año regresa a Ecuador y cómo fue volver?
I: Regresé
en el año 1987, volví a Guayaquil porque me casé con un chica de esa ciudad.
Había ya estudiado jazz y música contemporánea, además de la música académica.
Y fue hasta cierto punto frustrante porque no tenía con quién interpretar, a pesar de que yo tenía incluso un
repertorio; y en ese tiempo no había bandas sinfónicas
así que eso complicaba las cosas. Sin embargo, mi compromiso con la
música seguía ahí y era algo que iba mucho más allá de un sueldo o de horas de
trabajo.
P: ¿Cómo fue su ingreso
a la Banda Sinfónica Metropolitana y cómo vivió usted ese proceso?
I: Pasamos
por una selección, no todos los músicos que se presentaron estuvieron aptos
para ser parte de la nueva Banda Sinfónica. Lamentablemente en años posteriores
nuestra banda fue cercenada.
P: ¿Cómo ve usted estos
25 años de vida artística de la Banda Sinfónica Metropolitana?
I: Creo
que estos 25 años de vida no son la culminación de una trayectoria como tal. En
una sociedad como la nuestra es un verdadero logro que una agrupación sinfónica
haya sobrevivido. Y espero que vengan las bodas de oro y todas las
celebraciones que se tengan que hacer y creo eso porque para ninguno de los
músicos que hoy pertenecemos a la Banda ha sido fácil estar aquí, no ha sido
solo cuestión de tomar un instrumento e interpretar, ha sido mucho más que eso,
todos hemos pasado por un proceso de formación imprescindible. Es en verdad muy
emocionante ver cómo jóvenes músicos que nacieron en el 90 ahora son parte de
la esta banda y comparten la experiencia con músicos más experimentados.
P: ¿Qué nos puede decir
del trabajo artístico que desarrollado la Banda Sinfónica?
I: Es
un trabajo importantísimo, no solo por la versatilidad que nos ha caracterizado
sino también por la gran cantidad de obras que hemos estrenado y, a la vez, por
un repertorio que ha sido adaptado exclusivamente para el formato de
nuestra banda. Hemos trabajado en
conjunto con la Orquesta de Instrumentos Andinos, Coro Mixto Ciudad de Quito y
Escuela Lírica. Cada concierto ha sido una experiencia que me ha enriquecido y
que no se puede comparar con nada.
P: Al igual que un
doctor o un periodista, ¿cuál es el papel que un artista debe cumplir en la
sociedad?
I: En
el aspecto profesional creo que la música es
parte del entretenimiento y es además parte de la vida cotidiana de las
personas, no importa si algunos prefieren la ópera y la música clásica y otros
prefieren la música con tintes más populares. Sin música sería muy difícil
recordar, reír, llorar, etc., sería difícil imaginar un mundo sin música.
Bastaría solo un fin de semana sin música para que cualquier celebración sea un
fracaso, ahí la importancia de los músicos en una sociedad; somos artistas que
nos desenvolvemos en la sociedad como nuestro escenario.*
Bien, felicitaciones y con tu gran aporte Iván las entrañable Banda seguirá brindando arte y del bueno a la comunidad.
ResponderEliminarUna de las ventajas más hermosas de haber entrado a la banda es aprender de grandes maestro, el tocar junto a Ellos es vivir un sueño de niño cuando jugaba entre las sillas mientras mi papa ensayaba junto a sus compañeros, y ahora el aprender cada día de sus vivencias le dan mucho sentido al por que uno es musico gracias Ivan por ser parte de tu Banda Sinfónica
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