Por: Jefferson Herrera
Producción Centro Cultural Mamacuchara
Producción Centro Cultural Mamacuchara
Benito Tayupanda es un músico nacido en la provincia del Chimborazo. Es primer clarinetista de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, agrupación en la que trabaja desde hace 8 años.
Desde su centro de ensayos, el Auditorio Raúl Garzón del Centro Cultural Mamacuchara, compartió con nosotros este breve diálogo
PRODUCCIÓN:
Tengo entendido que llevas 8 años en la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito,
¿cómo fue tu ingreso a la agrupación?
BENITO:
En realidad fue algo inesperado, la
oportunidad de audicionar se presentó en un momento en el que yo me encontraba
estudiando y preparando, un promedio de 10 horas diarias y lo hacía con miras a introducirme de lleno en una vida
de clarinetista. Así que cuando me enteré de la audición, me presenté y ese
mismo día me comunicaron que había sido seleccionado para ser clarinetista de
la Banda.
P:
¿Cómo fue tu proceso de formación musical?
B:
La música es parte de los seres
humanos, y desde pequeño me sentí atraído por los sonidos del canto de mi
abuela, de fiestas como el carnaval o de las cosechas o incluso de sonoridades
que escuchaba en los velorios. Y
Chimborazo, de donde vengo, es una región con una tradición musical muy rica y
fue inevitable no sentir esas melodías, creo que desde ahí empezó todo. Estudié
ahí hasta los 19 años, luego vine a Quito para profesionalizarme; desde
entonces mi vida se ha desarrollado aquí junto a la música.
P:
Sabemos que eres un músico muy dedicado y apegado al estudio ¿qué tan
importante es la preparación académica para ti?
B:
A mí la música me lo ha dado todo, y lo
único que yo puedo hacer para devolver eso, de alguna manera, es interpretar mi
instrumento, pero para lograrlo debo estudiar y prepararme mucho, debo
comprender todo de una forma integral. Es muy importante la preparación
académica y el estudio; en general, para todos los músicos es esencial, es un
arte que va en una constante dinamia.
P:
Eres un músico joven, ¿qué significa para ti compartir escenario con maestros
que llevan décadas de trayectoria?
B:
Antes que nada es una gran
responsabilidad, independientemente de cuál sea tu instrumento o tu posición
dentro de la agrupación. Es un placer inexplicable estar sobre el escenario,
significa mucho para mí desde el mismo hecho de ensayar una obra y dedicarle
tiempo y energías.
P:
¿Desde tu posición como músico profesional qué haces para desmentir varios
prejuicios o falsos conceptos que la
sociedad maneja en torno a los artistas?
B:
La música es una de las artes
predilectas de los seres humanos, y por estar siempre relacionada con el
entretenimiento y la diversión, en algunas sociedades se la ha llegado a
satanizar como profesión. Pero creo que la responsabilidad recae en nosotros
mismos como artistas, se supone que la música
es mucho más que un trabajo, es tu vida; y si en verdad respetas y eres
responsable con lo que haces, entonces también harás lo correcto en tus
diferentes espacios de ejercicio profesional.
F:
Creo que es sencillo: hacer que la
música trascienda hoy, mañana y siempre.
P:
¿Qué esperas de las autoridades para lograr que se entienda a la profesión de
los músicos?
B:
En realidad es muy difícil que alguien
que no es músico entienda una profesión como esta. Solo espero que se de una
mayor importancia y apoyo a todos los géneros musicales. Si recibiéramos el
mismo apoyo que el deporte nuestra cultura estará en un nivel diferente, sin
embargo, mucho depende también de los mismos músicos. Tampoco esperamos que las
autoridades sean nuestra “salvación”, pero es importante que nosotros hagamos
respetar nuestra labor.
P:
¿Cuál es el papel, según tu criterio, que cumple un artista en la sociedad?
B:
Desde que el niño nace está rodeado de sonidos, y lo que el
músico hace es componer sinfonías basadas en esas sonoridades y ahí radica el
papel del músico, lograr que esas melodías permanezcan en la sociedad.*
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