Por: Jefferson Herrera
Producción Centro Cultural Mamacuchara
Buscar un lugar dentro del universo de la música requiere pasión y compromiso por parte de quienes deciden dedicarse a ella. Talento, dedicación y perseverancia son la esencia para conseguir el logro de objetivos dentro del arte; en un mundo donde la monotonía rige, el deseo por llenar de música cada segundo de existencia lo invade todo.
Raúl
Levoyer, percusionista de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, compartió
con nosotros experiencias y datos sobre estos 25 años junto a una de las
agrupaciones de música académica más importantes de la capital
PRODUCCIÓN: ¿Qué te
motivó a ser percusionista?
RAÚL: Siempre
me sentí atraído por la percusión y por el ritmo y la armonía que se logra en
ella. En la percusión hay que interpretar varios instrumentos: congas, batería,
marimba; y es a través de estos que se logra ritmo, melodía y armonía, los tres
elementos de la música.
P: ¿Es decir que desde
pequeño sentiste atracción por los diversos instrumentos de percusión?
R: La
verdad es que yo no empecé desde pequeño en la música, de hecho mis inicios
fueron como dj de rap, encontré en este
género musical mucho ritmo de percusión.
P: Si tomamos en cuenta
tus inicios en la música fuera de las aulas, ¿qué tan importante crees tú que
es la educación académica en los músicos?
R: Es
muy importante y más si se habla de una banda sinfónica como es esta. La
formación académica es necesaria no solo para la lectura de partituras sino
también porque una formación como tal te abre la mente y te ayuda a comprender
a la música. Tampoco es que se desmerezca la formación de muchos músicos que
han aprendido por su cuenta, creo que lo importante también radica en saber
combinar una formación académica con la intuición propia de los músicos.
P: ¿Qué tan difícil fue
para ti dedicarte a la música como profesión en los 90’s?
R: La
verdad es que para mí no fue difícil, cuando uno es joven estudia y se dedica a
lo que en verdad le gusta. Si en verdad te apasiona algo lo contrario, todo es
fácil. Lo que sí te puedo decir es que la tecnología y las formas de
comunicación de ese entonces eran
totalmente a las de ahora; es decir para conseguir partituras u obras completas
que no había en el Conservatorio
teníamos que contactarnos telefónicamente al extranjero para conseguirla, y pasaban alrededor de tres meses hasta que
llegue; a diferencia de ahora que en
cuestión de minutos, en la internet, te descargas obras o partituras.
P: Lo que acabas de
mencionar me hace preguntarte, ¿qué diferencia encuentras entre la Banda
Sinfónica de los 90’s y la del 2015?
R: Creo
que el ambiente influye mucho, estamos en una época donde la tecnología tiene
una mayor presencia y eso interviene también en la forma de ser de los músicos.
P: ¿Cómo fue tu ingreso
a la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito?
R: A
finales del año 1990 yo era alumno de los maestros Julio Bueno Y Pablo
Valarezo, ambos me llamaron y en enero ya ingresé a la Banda Sinfónica
Metropolitana de Quito.
P: Estás ya 25 años
junto a la Banda Sinfónica Metropolitana, ¿cómo has visto hasta ahora este
proceso?
R: He
visto que en general se ha crecido artísticamente, estamos en otros tiempos y
todo este contexto económico y social ha influido en nuestra cultura. Así que
yo veo muchas oportunidades para la Banda Sinfónica de seguir creciendo y
mejorando.